La peor crisis financiera de los últimos 80 años está provocando una nueva jornada de vértigo y pánico en las bolsas europeas, que han abierto con fuertes caídas arrastradas por el pánico que ayer hundió a Wall Street. En España, el selectivo Ibex 35 se ha desplomado un 8% en los primeros minutos de cotización, en línea con el resto de parqués del Viejo Continente, y baja de los 9.100 puntos. Un nivel desconocido desde finales de 2004.
La Bolsa de de Nueva York cerró anoche en el nivel más bajo desde agosto de 2003 e inlcuso peor que la de la jornada que siguió al 11-S, perdiendo más de 600 puntos y la cota psicológica de los 9.000 puntos. En porcentaje, el Dow Jones descendió un 7,33%, su mayor caída desde el 19 de octubre de 1987.
La batería de medidas adoptadas esta última semana para atajar la falta de liquidez y reactivar el mercado han pasado de puntillas por el mercado, donde las previsiones que auguran una recesión de la economía internacinal pesan más en el ánimo de los inversores. Ante este panorama, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha convocado de urgencia hoy en Washington a los líderes del G-7 (los países más industrializados del mundo) para analizar las turbulencias que están hundiendo las bolsas y estudiar posibles respuestas.
A la cita en la Casa Blanca acudirán los jefes de Estado o de Gobierno de Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Canadá y Japón, además de los dirigentes de sus respectivos bancos centrales. La posición de Washington no es fácil ya que tendrá que hacer frente a las críticas del resto de potencias internacionales, que le reprochan que una crisis originada dentro de sus fronteras haya acabado afectando a todo el sistema. La reunión está prevista que acabe en torno a las tres de la madrugada, hora peninsular.
Esta madrugada, el huracán financiero ha azotado con fuerza en las aperturas de las bolsas asiáticas y australiana pocas horas después del descalabro de Nueva York. La Bolsa de Tokio ha cerrado con su peor caída en 21 años tras depreciarse un 9,62%, o 881,06 puntos, y situarse en 8.276,43 unidades. Sus índices se han desplomado a cifras históricas, pero es que en el parqué tokiota no se recuerda haber perdido más del 20% en apenas dos jornadas desde su creación en 1950. Desde sus máximos alcanzados en julio de 2007, justo un mes antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, su principal índice, el Nikkei, se ha depreciado un 55%.
Batacazo de Sydney y Hong Kong
Un panorama muy similar se ha vivido en Sydney, donde el índice S&P/ASX 200 ha cedido más de un 5%. La bolsa de Singapur también ha sufrido las turbulencias y ha caído más de un 7%. Lo mismo ha ocurrido con el parqué de Hong Kong, que ha registrado pérdidas del 7,69%.
La palabra más oída en boca de analistas a la hora de intentar explicar que es lo que ha pasado esta semana está siendo pánico. "Esto es el pánico total, no se puede decir de otra manera", aseguraba esta madrugada un experto en Nueva York. "Las tensiones de crédito continúan, se reproducen las malas noticias industriales y las inquietudes sobre la economía internacional aumentan", resume.
Wall Street encadenó ayer su séptima sesión consecutiva en números rojos desde que el pasado 3 de octubre la Cámara de Representantes de EEUU diera su visto bueno al plan de rescate financiero diseñado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, que cuenta con 700.000 millones de dólares (480.000 millones de euros) para la adquisición de activos líquidos, además de un importante recorte fiscal, y ha cerrado por debajo de los 9.000 puntos por primera vez desde 2003. Además, el deterioro del Dow Jones se está produciendo con una rapidez que asombra a los analistas más veteranos de Wall Street, pues el pasado 26 de septiembre cerró por encima de los 11.000 puntos y apenas una semana después, el 3 de octubre hacía lo propio rozando las 10.000 unidades.