Corrían los años 60 cuando en un pequeño taller ubicado en Hospitalet de Llobregat se dedicaba a la creación artesanal de muebles para el hogar. Desde el año 2006, Maite, la hija de ese artesano, lleva vendiendo muebles desde su tienda, Ekki. Cuando entras en Ekki te das cuenta al instante de dos cosas. La primera es que todos los muebles que tienen a la venta destacan por la calidad de sus acabados. La segunda cosa, y para mí más importante, es que se respira amor por el oficio. En Ekki se atreven con todo. De hecho, cuanto más difícil es el proyecto más empeño le ponen en que salga bien. Su gran preocupación es satisfacer las necesidades de sus clientes. En pocas palabras, nunca venden nada si saben que no va a dar resultado. Y eso la verdad es que se agradece. Maite nos cuenta que no hay mejor sensación que la que te provoca la llamada de un cliente satisfecho. En Ekki, por cada proyecto reciben una llamada de éstas.
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Gerónimo